Ni las 7 mejores, ni las 10 más potentes y ni las 30 más vendidas. ¡Solo quiero una batidora!.
Esta es una historia ficticia con un poco de humor, en busca de una batidora.
«Que no te ocurra lo mismo que al personaje» .
Busca la batidora que te haga falta, sin prisas
A quien madruga dios le ayuda y eso es lo que no me ha pasado. Te cuento, me he levantado a las 5 de la mañana, ya que pensando en el refranero español he pensado que encontraría mi batidora ideal si madrugaba y al final ha sido otro refrán el que me ha dado en toda la cara, «no por mucho madrugar…… «. Pues eso, que me pongo a buscar un nuevo batidor eléctrico de buena mañana y después de 3 horas, con todos sus minutos y segundos, sin pestañear delante del monitor del pc, con el ratón que echaba humo y con los ojos más secos que un arenque ahumado en el Sahara, al final, cuando ya tengo que salir disparado a mi delicioso y cómodo puesto de trabajo, (esto es para motivarme, mi trabajo es de todo menos cómodo, estoy más de pie que una farola en un parque), encuentro una súper batidora mega chic superturbo con triple acción que corta y pica melones, sandías y hierro si hace falta. Con dobles varillas reforzadas con acero del martillo Mjölnir de Thor, paletas de amasado y con más accesorios que la Barbie superstar. Con transistor bipolar de cristales de silicio y tensión de 220 a 240 v, pero también a batería y si además compraba un adaptador USB la podía enchufar a una powerbank para tenerla a ful y llevarla cargada en la mochila al K2 o al Everest. Una batidora que puede ser de mano, de vaso, picadora, trituradora, de hormigón, una canción (si, ya tu sabes), la batidora de Don Omar y ya me he olvidado de que más ventajas tenía en sus características técnicas y especificativas.
¡Ah, ya me acuerdo!
Se me olvidaban las ciber cuchillas pica hielo de titanio de la atmósfera del planeta KELT-9 y engranajes de acero nickel odeón all stars con Teflón sacado de la mesa de trabajo de Roy Plunkett que hacen puré un iceberg en menos de 2 minutos. Cómo me la lleve al Aneto con las amistades veganas-proteicas, con 3 kgs de frutas y verduras no dejan hielo en el glaciar. Después de una caminata de 8 horas se lo funden a base de cremas vegetarianas y batidos proteicos granizados, mientras dicen que ese hielo si que es natural y que fresquito están así las bebidas detox. Esto a mis colegas vegetarianos y veganos les duele oírlo cuando se lo digo, pero unas buenas albóndigas caseras de carne con su salsa espesita y media barra de pan hechas con mi batidora con jarra de los 50 modelo retro, no las cambio por la dieta del elixir de la juventud a base de arroz, brócoli y batidos verdes o de frutas de colores, esa dieta que a mi parecer habría tomado Brad Pitt en el curioso caso de Benjamín Button para ir quitándose años.
Comprar la batidora que te exigen tus recetas puede parecer fácil
Bueno, a lo que vamos parece fácil comprar una batidora, no?.
Si, eso parece. Hasta llegar a hacer la elección, mis dos ojos se han chupado un kilo de colirio en monodosis para refrescarlos como un ventilador refresca a esas tiras que se les pone en las rejillas, que por cierto, aún no se porque las ponen, ni para qué sirven. Si fuera una barra de hielo lo comprendería, pero eso de las tiritas…. Otra vez que me salgo del tema, no tengo remedio.
Si ya he dicho que no ha sido fácil elegir la que más se adaptaba a mis raros gustos. Sí lo reconozco, soy raro y qué. No soy ni de la generación del Peloponeso y tampoco de la de Matrix por lo que he estado buscando una batidora buena, bonita y barata y más barata y más barata. Pero buena no, SUPERIOR y bonita como la mujer del bonito.
¿Y la he encontrado? NO. Pero he aprendido el significado del dicho «no le pidas peras al olmo» que por mucho que busques todo lo que quieres que tenga una batidora, no lo vas a encontrar.
Entonces, después de unas horas buscando, con mi mirada fija en la pantalla y hacer scroll por varias web de batidoras, eléctricas, grandes, pequeñas, manuales, etc. en internet, es aquí cuando entró en acción mi dulce y delicada mujer (la condesa), que con sus delicadas palabras y una pequeña caricia en el cogote me aclaro todas mis dudas. La galleta que me dió (no era ni de mantequilla ni de avena) me despejo todos los pajaritos que tenía en la cabeza, gorriones, periquitos, jilgueros y hasta águilas. Sí, águilas, o tampoco puedo tenerlas en mi majestuosa cabeza. Majestuosa por grande, no penséis que por otra cosa.
Elige bien la batidora según las recetas
Así que, después de todas las batidoras que he visto y gracias a la torta 5 dedos de mi mujer, al final me he apañado una batidora de vaso con cristal endurecido (que no se si será AM-III), full equipe con todos los extras que estaba de oferta, y como yo no soy tonto y mas vale pájaro en mano que ciento volando, pues eso, que la he comprado.
¿Pero, ahora que pienso?, yo necesitaba y quería una batidora de pedestal. Bueno, pues a lo hecho pecho y a cargar con las consecuencias.
Compra la batidora que precisas realmente.
¿Y por qué necesito una amasadora de pedestal?.
Pues, porque me ha salido no se de donde, una pasión obsesiva por hacer repostería y pastelería a saco que me salen recetas pasteleras con merengue y todo por los poros de la piel. A ver si consigo seguir los pasos de los grandes chefs pasteleros como Pierre Marcolini o de Xavi Donnay aunque sea a gatas y arrastrándome. Aunque, eso posiblemente no ocurra sino es en mis dulces sueños pasteleros.
Pues sí amigo y amiga mía, ahora mismo viene de camino a mi casa una batidora con vaso de cristal termoresistente y económica que no necesito y mañana me pondré a buscar una amasadora o batidora de pedestal, eso sí sin madrugar no sea que acabe comprando un robot de cocina u otra cosa.
Conclusión
Mira bien todo lo que necesitas en una batidora para tu forma de cocinar y que recetas quieres realizar con ella, no sea que te ocurra lo mismo y acabes comprando la que no necesites.
Si quieres elegir bien tu batidora puede que te sirva el siguiente post «Guía de compra de batidoras. Tipos, usos y sugerencias«.
Firmado.
El Conde Batidor.
